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La era del vehículo de plástico
Hoy en día los constructores de automóviles ya no nos dejan hacer de “manitas” para nuestros automóviles. Se acabaron los tiempos de abrir el capó e intentar conocer la avería de nuestro coche y resolverlo con nuestros amigos en plena calle.
Los coches actuales vienen con una gran cantidad de sensores que delimitan el interés que podemos tener en reparar el vehículo, además de reducir el efecto “mecánicos de bar”. No solo nuestros coches cuentan con una mayor presencia de elementos tecnológicos para monitorizar todas las funciones del vehículo sino que además cuentan al levantar el capó con grandes plásticos que dificultan las labores de mecánico y estropean la vista de un buen motor.
Las tapas de plástico de nuestros vehículos comenzaron a utilizarse en los años 90, con la mejora de los coches siendo vehículos más refinados y fiables en mecánica. La imagen de los motores ha ido decayendo en búsqueda de una imagen más aséptica y limpia dotando al coche de una visión más neutral de todos los motores.
La funcionalidad del plástico permite mejorar el aislamiento acústico del coche y además permitir que el motor no se ensucie tanto con el paso del tiempo.
Motores con grandes plásticos reducen el interés por mostrar un parte destacable de nuestro coche como era el motor a la hora de presumir de nuestro nuevo vehículo recién estrenado.
Vehículos de todas las categorías se suman a esta iniciativa creada en los años 90 para reducir el potencial de un motor a la vista y convertir las líneas interiores del coche en un elemento más lineal y limpio.